Ayer hubo mucha desesperación e impotencia en las filas del Real Madrid, en un encuentro copero en que el Barça les eliminó con un dominio de principio a fin.
Pero el que más perdió los nervios fue el alero del Madrid Quinton Hosley, quien tras ser sustituido por su entrenador, Joan Plaza, lanzó el chicle que llevaba al banquillo.
Tan feo fue el gesto que, poco después, el jugador se disculpó de manera pública diciendo que "en ningún momento iba dirigido a nadie. Simplemente me lo quité de la boca y lo tiré".
Hosley pidió perdón "primero al entrenador, luego a mis compañeros y, por supuesto, a la afición".
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